Esta frase refleja una de las lecciones mรกs duras del desamor: comprender que lo autรฉntico nunca se exige. Las flores que llegan porque alguien quiere regalarlas, el tiempo que alguien comparte porque disfruta estar a tu lado y los detalles que nacen de manera espontรกnea son los que realmente tienen valor. Todo lo demรกs, lo que se pide o se arranca a la fuerza, pierde sentido, porque deja de ser un acto de amor y se convierte en obligaciรณn.
Aprender esto no siempre llega temprano. Muchas veces se necesita pasar por relaciones en las que se insiste demasiado, se ruega atenciรณn o se espera algo que nunca llega. Y duele. Pero ese dolor se transforma en sabidurรญa: cuando entendemos que el amor debe ser libre, sincero y voluntario, aprendemos a no conformarnos con migajas, sino a esperar lo que nace de corazรณn.
La verdadera fortaleza estรก en reconocer que lo que no nace por sรญ mismo, no merece quedarse. ๐ฟ